Los Océanos Alcanzan Temperaturas Críticas: Transformándose en Impensables Desiertos Marinos*
En un relato que remonta su origen a David Foster Wallace, dos peces jóvenes nadaban en compañía cuando se toparon con un pez mayor nadando en sentido contrario. Este último les saludó y preguntó: «¿Cómo está el agua?» Los peces continuaron nadando hasta que, con el tiempo, uno de ellos se volvió hacia el otro y cuestionó: «¿Qué demonios es el agua?». Sin embargo, ahora el agua, que alguna vez pareció tan omnipresente e inmutable, está en el centro de un problema global: el calentamiento de los océanos.
La temperatura de los océanos ha alcanzado niveles críticos, y esta realidad está transformando los vastos ecosistemas marinos en lo que podrían ser considerados impensables «desiertos marinos». Las consecuencias de este fenómeno abarcan desde la migración y extinción de especies hasta la proliferación de invasores que afectan la pesca y la acuicultura.
Los datos registrados por Copernicus, la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos) y otras instituciones confirman el aumento de la temperatura de la superficie de los océanos. El 30 de julio pasado, la temperatura alcanzó un récord de 20.96 grados Celsius, superando el máximo anterior de 20.95 grados registrado en marzo de 2016. Estos valores, lejos de ser un fenómeno aislado, apuntan a una tendencia alarmante.
Aunque en 2016 se alcanzaron temperaturas similares durante un poderoso fenómeno de El Niño, las circunstancias actuales son diferentes. Un nuevo El Niño se avecina, pero su impacto parece ser menos intenso que el de 2015. Esto plantea preocupaciones considerables, ya que las olas de calor marinas generadas por estas altas temperaturas pueden alterar drásticamente los ecosistemas oceánicos.
En cuanto a las causas subyacentes, el debate científico sobre el cambio climático es amplio y complejo. Aunque existen numerosos factores interconectados que contribuyen al calentamiento de los océanos, la influencia preponderante parece ser la absorción de gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero por parte del agua.
El escenario que se perfila es el de vastas extensiones de agua cálida que sufren transformaciones devastadoras. La migración de especies, las extinciones y la propagación de invasores pueden convertir áreas enteras en desiertos marinos, alterando irreversiblemente los ecosistemas acuáticos. A medida que los científicos luchan por comprender y abordar este desafío, la urgencia de tomar medidas para abordar el cambio climático y mitigar sus impactos en los océanos se vuelve más evidente que nunca.