El huracán Erin, el primero de la temporada atlántica de 2025, ha alcanzado la máxima potencia, convirtiéndose en un huracán catastrófico de categoría 5, según los últimos informes del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
El fenómeno meteorológico se encuentra a 105 millas (170 km) al norte de Anguila, con vientos máximos sostenidos que rondan las 160 mph (255 km/h). El NHC advirtió que se espera que Erin continúe fortaleciéndose a medida que se desplaza sobre el suroeste del Atlántico durante este fin de semana y la próxima semana.
Además de los vientos y las lluvias, las autoridades han emitido alertas por la amenaza de las marejadas que Erin está generando. A lo largo del fin de semana, se prevé que estas marejadas impacten el norte de las Islas de Sotavento, las Islas Vírgenes, Puerto Rico, La Española y las Islas Turcas y Caicos. Se espera que a principios de la próxima semana las marejadas peligrosas se extiendan a las Bahamas, las Bermudas y la costa este de Estados Unidos.
Un riesgo adicional y menos común ha surgido a raíz de este huracán: la posibilidad de incendios forestales. Andrew Siffert, meteorólogo jefe de BMS Group, señaló que si Erin evoluciona a un ciclón extratropical de gran intensidad en alta mar, podría generar una peligrosa combinación de condiciones. Los fuertes vientos secos impulsados por el sistema, combinados con la sequía crítica en la región y la posibilidad de ignición humana, podrían provocar una situación de alto riesgo.
A pesar de la magnitud de la tormenta, la gestora de inversiones ILS Twelve Securis pronosticó que la trayectoria de Erin se mantendrá lo suficientemente alejada de la costa como para evitar un impacto directo en la costa este de Estados Unidos. Se prevé que el huracán pase al norte de las islas del Caribe antes de girar hacia el norte, transitando entre la costa estadounidense y las Bermudas alrededor del lunes.
Esta trayectoria, aunque aleja el peligro de un impacto directo, no exime a las costas del Atlántico de los efectos secundarios del huracán, como el oleaje peligroso y las corrientes de resaca. La situación sigue en constante monitoreo por parte de las autoridades meteorológicas.
Con información de La Nación
