La ya tensa relación comercial entre China y Estados Unidos ha entrado en una nueva y peligrosa fase. En una respuesta contundente a la reciente imposición de aranceles por parte del presidente estadounidense Donald Trump, Pekín anunció este miércoles la aplicación de aranceles de represalia que alcanzan hasta un 84% sobre productos provenientes de EE.UU. Estas medidas, según lo anunciado, entrarán en vigor a partir del jueves, intensificando la confrontación económica entre las dos potencias mundiales.
La decisión china se produce justo después de que los gravámenes estadounidenses, fijados en un 104% sobre una amplia gama de productos chinos, entraran en vigor este mismo miércoles. Esta acción unilateral de Washington, sumada a una baraja arancelaria aún por detallar completamente, ha provocado una reacción inmediata y firme por parte del gobierno chino.
Pero la escalada no se detiene ahí. La Unión Europea (UE) también ha anunciado sus primeras contramedidas en respuesta a los aranceles impuestos por Estados Unidos al acero y al aluminio. La Comisión Europea comunicó que los países miembros aprobaron la introducción de aranceles aduaneros sobre una serie de productos importados desde EE.UU., los cuales comenzarán a aplicarse a partir del próximo 15 de abril. Esta acción coordinada por parte de la UE subraya el creciente malestar a nivel global con las políticas comerciales proteccionistas impulsadas por la administración Trump.
El impacto de esta creciente guerra comercial se ha sentido de inmediato en los mercados financieros. Las bolsas europeas experimentaron un desplome significativo en la apertura de la jornada, y las pérdidas se aceleraron con el transcurso del día. París y Fráncfort lideraron las caídas, con retrocesos superiores al 4%.
La onda expansiva también alcanzó a los mercados asiáticos, que cerraron la jornada con números rojos. Taiwán registró un fuerte descenso del 5,8%, mientras que la bolsa de Tokio cayó un 3,93%. La incertidumbre generada por este conflicto comercial también afectó al mercado de divisas, con el won surcoreano cayendo a su nivel más bajo frente al dólar desde el año 2009, reflejando la preocupación de los inversores ante las posibles consecuencias económicas a nivel regional y global.
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Este intercambio de aranceles y contramedidas entre las principales economías del mundo augura un período de gran volatilidad e incertidumbre en el comercio internacional. Las empresas y los consumidores de todas las partes involucradas podrían verse afectados por el aumento de los precios y las posibles disrupciones en las cadenas de suministro. La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de esta crisis comercial, con la esperanza de que se puedan encontrar vías de diálogo y negociación para evitar un conflicto económico aún mayor.
Con información de FRANCE 24
