La Guardia Nacional, que inicialmente fue conformada por policías civiles en el sexenio anterior, pasará a ser parte de la milicia bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Ayer, el Senado de la República aprobó con 75 votos a favor y entre 32 y 34 en contra, la Ley de la Guardia Nacional, que transfiere su mando operativo y administrativo a la Sedena
Bases de la reforma
La minuta enviada por la Cámara de Diputados, sin modificaciones, incluye cambios a las leyes del Ejército, las Fuerzas Armadas, Disciplina Militar, Justicia Militar y Procedimientos Penales Militares.
Define que el mando recaerá ahora en un general de división en activo, designado por el Ejecutivo a propuesta de la Sedena. La presidenta Mantiene mando supremo, pero toda la estructura recae en ámbito militar.
Críticas desde la oposición
PAN, PRI y Movimiento Ciudadano denunciaron que con esta ley se renuncia al mando civil, tras la promesa de que la Guardia se mantendría con liderazgo civil cuando se creó en 2019.
Se advirtió que la reforma faculta al nuevo mando militar para realizar tareas de inteligencia, investigaciones penales, detención de migrantes (incluida interceptación y control), revisión de comunicaciones y participación en elecciones, previa separación del cargo.
Criticaron que estas atribuciones incumben más tareas al Ejército, exacerbando la militarización de la seguridad pública y debilitan contrapesos civiles .
Defensa del oficialismo
Legisladores de Morena y aliados celebraron la consolidación de la GN tras seis años de operación; destacaron resultados en seguridad y la necesidad de aprovechar la experiencia organizativa de la Sedena.
Aseguran que la reforma formaliza un modelo permanente y profesional de seguridad pública y frenará el crimen organizado.
Siguientes pasos
Con la votación favorable en ambas cámaras, el dictamen fue enviado a la Presidencia para su publicación en el Diario Oficial de la Federación, donde entrará en vigor.
Este cambio marca un giro entre un modelo civil y uno militarizado de seguridad pública, reavivando el debate sobre el papel del Ejército en la vida democrática del país. (Agencias)
