El estado de Veracruz se ha visto sacudido por un brutal caso de maltrato animal que ha generado una ola de indignación y preocupación entre ciudadanos y activistas. «Negrito», un perro criollo, fue víctima de un acto de extrema crueldad al serle cortada la lengua en la colonia Dora María Treviño. La Fiscalía Especializada en Delitos Ambientales ha abierto una carpeta de investigación para dar con el responsable de este atroz crimen, según informó Alfredo Fernández, presidente de la asociación PATAS (Protegiendo al Ambiente y Transformación de Animales Saludables).
El 18 de febrero, se dio a conocer el fallecimiento de «Negrito», lo que ha puesto nuevamente en el foco el problema del maltrato animal en la región. Este caso no es un hecho aislado; las autoridades están investigando otros incidentes similares, como el envenenamiento masivo de perros y el ataque con machete a otro animal.
La preocupación entre la población y los activistas no ha dejado de crecer, exigiendo mayor vigilancia y sanciones más severas para quienes cometan actos de maltrato animal. Las leyes mexicanas establecen diferentes niveles de delitos relacionados con el bienestar animal, que van desde la omisión de cuidados, atendida por el ayuntamiento con posibles multas, hasta el maltrato animal, que puede derivar en sanciones administrativas o penales. Los actos de crueldad y sadismo son considerados delitos graves y pueden implicar penas más severas.
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Este lamentable episodio ha desatado una discusión urgente sobre la necesidad de fortalecer las leyes y las medidas de protección animal en México, para prevenir y castigar con mayor rigor cualquier acto de violencia contra los seres más vulnerables.
Con información de EXCELSIOR
