La tragedia en Iztapalapa sigue cobrando vidas. La Secretaría de Salud de la Ciudad de México confirmó que ya son 19 las personas fallecidas a causa de la explosión de una pipa de gas ocurrida el pasado 10 de septiembre bajo el Puente de la Concordia.
Entre las víctimas más recientes se encuentra Fernando Soto Munguía, de 34 años, conductor de la pipa que volcó y explotó, provocando el devastador accidente. También se reportó la muerte de Oswaldo Gutiérrez Espinoza, de 30 años.
Hasta la noche del martes 16 de septiembre, el reporte oficial indicó que 32 personas permanecen hospitalizadas, mientras que 33 pacientes han sido dados de alta tras recibir atención médica.
Ese mismo día, durante la mañana, se informó sobre el fallecimiento de otras tres personas que permanecían en estado crítico:
- Gilberto Arón, de 47 años, internado en el Hospital Fray “Dr. Victorio de la Fuente Narváez”.
- Edgar Santiago Álvarez, de 51 años, atendido en el ISSSTE Zaragoza.
- Omar Alejandro García Escorsa, de 28 años, hospitalizado en el Regional 197 de Texcoco.
Entre las víctimas de esta tragedia se encuentra también Alicia Matías Teodoro, de 49 años, quien perdió la vida el viernes 12 de septiembre. Alicia se convirtió en símbolo de valentía al proteger con su cuerpo a su nieta de dos años durante la explosión, acción que le ocasionó quemaduras en más del 90% de su cuerpo.
La lista de fallecidos incluye además a:
Armando Antillón Chávez, 45 años; Ana Daniela Barragán Ramírez, 19; Misael Cano Rodríguez, 39; Irving Uriel Carrillo Reyes, 20; Carlos Iván Contreras Salinas, 29; Juan Carlos Bonilla Sánchez, 40; Óscar Rubén Uriel Cortez Cisneros, 57; Eduardo Noé García Morales; José Gabriel Hernández Méndez, 17; Juan Antonio Hernández Betancourt; Jorge Islas Flores; Carlos Sánchez Blas, 15, y Jesús José Tovar García, 40.
El siniestro, que dejó daños calculados en al menos 10 millones de pesos, ha generado una profunda consternación en la capital. Mientras las autoridades continúan con las investigaciones, decenas de familias enfrentan la dolorosa realidad de la pérdida de sus seres queridos.
Fuente: El Universal
