La alarma por el impacto ambiental de las pruebas espaciales de empresas privadas ha alcanzado un nuevo nivel en México. La organización civil Conibio Global ha confirmado, con pruebas visuales y geolocalizadas, que restos del cohete Starship de SpaceX cayeron en aguas territoriales mexicanas del Golfo de México, específicamente frente a la Playa Bagdad en Tamaulipas, causando daños al delicado ecosistema marino.
Las denuncias ciudadanas impulsaron a Conibio Global a investigar el incidente. Durante un recorrido en altamar, Jesús Elías Ibarra Rodríguez, director de Conibio Global AC, documentó la presencia de una plataforma estadounidense a unos 18 kilómetros de la costa de Playa Bagdad. Esta plataforma estaba realizando labores de recuperación en una zona con una profundidad aproximada de 15 metros.
Según explicó Ibarra Rodríguez, la operación consistía en la extracción de estructuras metálicas y motores Raptor. Estos componentes pertenecen a las pruebas de los prototipos Starship 8 y 9, los cuales explotaron durante vuelos de prueba realizados desde Boca Chica, Texas.
El ambientalista enfatizó que la contaminación no se limitó al lecho marino. Desde la primera semana posterior a la explosión, toneladas de residuos, incluyendo plástico, madera, aluminio y tanques presurizados, comenzaron a arribar a la costa tamaulipeca. Esta situación motivó el seguimiento del caso por parte de Conibio Global, que culminó con la localización de los restos del cohete en el fondo marino.
Con información de Milenio
