Padres dejan a su bebé sola con su perro pitbull y la mata a mordidas; serán investigados

by Mario Guillermo

La muerte de Locklynn, una niña de dos años que falleció tras ser atacada fatalmente por el perro de la familia, ha desatado una intensa investigación y un debate sobre la negligencia parental en Oklahoma City. Las autoridades han escalado el caso al arrestar a los padres de la menor, Jordan McGuire (34) y Darci Lambert (24), bajo cargos de asesinato en segundo grado.

La hipótesis central de la policía se enfoca en la presunta y grave negligencia de los padres, quienes habrían dejado a la niña sola con el animal en una habitación, a pesar de los antecedentes de ataques violentos.

Los agentes de la Policía de Oklahoma City acudieron a la residencia la noche del pasado 18 de noviembre, respondiendo a una llamada de emergencia que alertaba que la menor había sido «devorada por algo».

Al llegar a la vivienda, los oficiales encontraron a la pequeña Locklynn sin vida. Según el reporte policial, la niña estaba dentro de una habitación donde el perro aún la sostenía entre sus fauces. Las autoridades confirmaron que la víctima había permanecido encerrada a solas con el animal durante un «largo periodo» sin ninguna supervisión adulta.

El sargento Dillon Quirk, vocero de la Policía de Oklahoma City, confirmó la gravedad de la omisión: “La niña fue dejada en esa habitación con el animal durante un tiempo considerable antes de que la encontraran. Como resultado de lo que descubrimos, se procedió al arresto por asesinato”.

La investigación ha sacado a la luz un hecho crucial que eleva la acusación a asesinato: el mismo perro ya había atacado a Locklynn solo dos semanas antes del incidente fatal.

En aquel primer ataque, la niña sufrió heridas tan severas que requirió hospitalización, llegando al Hospital de Niños OU con la oreja izquierda parcialmente desprendida. El caso fue remitido al Departamento de Servicios Humanos de Oklahoma; sin embargo, pese a la agresión documentada, la menor no fue retirada del hogar y permaneció bajo el cuidado de McGuire y Lambert.

La declaración jurada policial detalla una práctica alarmante: los padres, plenamente conscientes del comportamiento agresivo del perro, optaban por encerrar al animal en la misma habitación que su hija supuestamente para evitar que atacara a otras mascotas de la casa. Esta práctica se habría repetido en múltiples ocasiones, a pesar del riesgo evidente y conocido para la seguridad de la niña.

Ambos padres se encuentran detenidos a la espera de su comparecencia judicial, mientras la comunidad local debate las fallas que llevaron a esta desgarradora tragedia.

Con información de Milenio

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