La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, desestimó la reciente movilización ciudadana autodenominada «Generación Z», asegurando que su impulso provino de financiamiento de la oposición y empresarios, y no de una genuina convocatoria juvenil. La mandataria afirmó que la gran mayoría de los asistentes a la marcha no correspondían al rango de edad de la Generación Z, sino que eran adultos mayores y figuras políticas conocidas.
En su declaración, la presidenta Sheinbaum señaló que la manifestación fue respaldada económicamente con una cifra de 90 millones de pesos entregados por «la oposición y un empresario».
«Aquí se mostró que hubo un impulso de 90 millones de pesos, entregados desde la oposición y de un empresario,» declaró la presidenta.
La jefa del Ejecutivo Federal enfatizó que la supuesta convocatoria juvenil no se reflejó en la composición de los asistentes, ya que la mayoría eran personas adultas.
«No eran jóvenes, la mayoría no lo era. Vimos caras muy conocidas de Marea Rosa, intelectuales, políticos. Acosta Naranjo, (Fernando) Belaunzarán, muchos del PAN que no fueron», detalló.
Según la presidenta, los mismos convocantes que estuvieron detrás de la llamada Marea Rosa –las protestas de 2023 en defensa del INE que abarrotaron el Zócalo– fueron quienes promovieron esta nueva movilización, la cual, a diferencia de la anterior, no logró llenar la Plaza de la Constitución.
Un aspecto que llamó la atención de la mandataria fue la presencia de un grupo que calificó de «muy violento» al llegar al Zócalo. Sheinbaum relató que algunos de estos individuos vestían de negro y portaban herramientas como ganzúas, martillos y marros, indicando una preparación previa.
«Llama la atención un grupo que llegó al Zócalo muy violento. Algunos vestidos de negro, llevaban ganzúas, martillos, marros. Iban muy preparados, ¿Cuál era su objetivo? Derribar la valla», lamentó.
La presidenta Sheinbaum consideró que la intención de estos manifestantes no era dañar la sede presidencial, sino agredir a los elementos policiales que resguardaban la zona para generar una imagen de represión gubernamental.
«Ni siquiera llegan a Palacio, se van contra la policía. Resistieron como dos horas los golpes. Horas de que las policías resistieron, finalmente los empujan y llegan a esta violencia», apuntó.
Para la presidenta, el objetivo final de esta estrategia era enviar una imagen «al mundo» de que en México el gobierno actual recurre a la represión en contra de la ciudadanía.
Con información de Milenio
