En un movimiento con una fuerte carga política y simbólica, la presidenta Claudia Sheinbaum propuso nombrar «Tren del Golfo de México» al proyecto ferroviario que conectará la Ciudad de México con Nuevo Laredo, Tamaulipas. La propuesta, lanzada durante su mensaje en el Zócalo con motivo de su primer año de Gobierno, fue recibida con una ovación y un voto a mano alzada de miles de asistentes, quienes aprobaron de manera contundente el nombre.
La iniciativa de la mandataria busca ser un claro contrapeso a la reciente política impulsada por el expresidente estadounidense Donald Trump, quien ha insistido en que el cuerpo de agua sea reconocido internacionalmente como el «Golfo de América», una medida que ha generado controversia no solo con el Gobierno mexicano, sino también con empresas tecnológicas como Google Maps y Apple.
Durante su discurso, Sheinbaum hizo hincapié en la reactivación de los trenes de pasajeros como un eje de su administración, destacando rutas clave como el Tren México-Pachuca y el de Ciudad de México-Querétaro. La ruta México-Nuevo Laredo, que forma parte del llamado «Tren del Norte», es uno de los proyectos más ambiciosos y extensos de su sexenio.
El proyecto de 1,200 kilómetros, que cruzará estados clave de la costa como Tabasco y Veracruz, además de Querétaro, Coahuila y Nuevo León, recibirá una inversión multimillonaria. Según las estimaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el Gobierno de Sheinbaum destinará aproximadamente 104,576 millones de pesos para los nuevos trenes de pasajeros en 2026.
La construcción del tren, ahora bautizado popularmente como «Tren del Golfo de México», comenzará en su fase norte, con el tramo Saltillo-Nuevo Laredo. Para esta primera etapa se proyecta un gasto de 14,386 millones de pesos. Si bien se desconoce la fecha exacta de conclusión del proyecto completo, esta significativa inversión subraya la prioridad que la nueva administración le da a la infraestructura ferroviaria nacional.
El gesto de bautizar el nuevo tren fue interpretado como una respuesta directa y cargada de simbolismo al expresidente Trump, quien ha presionado para que el nombre tradicional del Golfo de México sea reemplazado en Estados Unidos.
Al preguntar a la multitud, «¿Qué les parece si a ese tren le ponemos Tren del Golfo de México?», Sheinbaum convirtió el anuncio de infraestructura en una reafirmación de la soberanía y la identidad nacional frente a las tensiones geopolíticas con su vecino del norte. El aplauso masivo sirvió para formalizar el nombre de una de las obras de transporte más importantes de su gobierno.
Con información de Milenio
