Van por expropiación de 60 inmuebles para las obras del Tren Maya

Tren Maya: voces encontradas sobre su impacto en la península

by George Boy

La revista National Geographic publicó un reportaje en el que expone los contrastes y controversias en torno al Tren Maya, una de las obras de infraestructura más grandes de México, inaugurada en diciembre de 2024. El artículo recoge testimonios de especialistas, activistas y científicos que se dividen entre quienes advierten daños ambientales irreversibles y quienes destacan beneficios en materia arqueológica, económica y social.

De acuerdo con la publicación, el tren tiene una extensión de 1,550 kilómetros, recorre cinco estados del sureste y fue diseñado para conectar centros turísticos, zonas arqueológicas y comunidades locales. El costo estimado supera los 30 mil millones de dólares y su operación está a cargo del Ejército mexicano.

Críticas ambientales

Entre las voces críticas, el biólogo y espeleólogo Roberto Rojo denunció afectaciones en los sistemas de cuevas y cenotes de Quintana Roo debido a la colocación de miles de pilotes de acero sobre un terreno frágil. Según el especialista, estas obras ponen en riesgo el acuífero subterráneo y los ecosistemas que dependen de él, además de impactar sitios considerados sagrados por comunidades mayas. Rojo calificó la obra como un “ecocidio” y señaló que el avance de la construcción ha provocado el colapso de cavernas y la alteración de corrientes de agua subterránea.

El reportaje recuerda que diversas asociaciones ambientalistas habían advertido desde 2020 sobre riesgos para la fauna nativa —entre ellos venados y coatíes—, y que, a lo largo de los últimos años, se documentaron incidentes con especies desplazadas. Además, organizaciones civiles cuestionan la falta de estudios completos de impacto ambiental y la decisión del gobierno federal de declarar el proyecto como de “seguridad nacional”, lo que redujo procesos de supervisión.

National Geographic también recoge las opiniones de Otto von Bertrab, dueño de una firma de guías turístico, quien ha cuestionado duramente el proyecto. Señala que el gobierno mintió al afirmar que no se talaría ningún árbol y critica el incumplimiento de promesas como los pasos elevados para fauna. Otto se unió a activistas y promovió denuncias en medios y manifestaciones públicas; incluso llegó a recibir amenazas por su postura.

Argumentos a favor

En contraste, el ecólogo Germán Yáñez, también entrevistado por National Geographic, defendió el proyecto al señalar que gracias a los trabajos de excavación se realizó el rescate arqueológico más grande en la historia de México. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se han registrado más de 870 mil piezas y hallazgos inéditos, como la primera canoa maya completa.

Yáñez aseguró que la construcción de tramos elevados permite conservar corredores biológicos para la fauna, mientras que programas de reforestación como Sembrando Vida ayudarán a mitigar los impactos de la deforestación. Para él, el Tren Maya es una oportunidad para ordenar el desarrollo en la península y ampliar los beneficios económicos hacia comunidades que hasta ahora han quedado fuera del turismo masivo.

Étienne von Bertrab, académico especializado en desarrollo sostenible, expresó en National Geographic que gran parte de la oposición al Tren Maya está cegada por la desconfianza hacia el liderazgo político. Él plantea que el proyecto representa una oportunidad de progreso para una región históricamente postergada, y cree que sus beneficios superan las críticas

División social

El artículo también señala que el proyecto ha generado una fuerte polarización social. Para un sector de la población, el tren es un motor de empleo y una vía para distribuir de manera más equitativa la derrama turística en la región. El propio gobierno federal proyecta la creación de hasta 900 mil empleos directos e indirectos hacia 2030.

Sin embargo, para otros sectores, los beneficios económicos no compensan el riesgo de perder ecosistemas frágiles, patrimonio cultural y el equilibrio del sistema hídrico de la península. Activistas ambientales y comunidades indígenas han denunciado hostigamiento y campañas de desprestigio por manifestarse contra la obra, lo que ha elevado la tensión en el debate público.

Un proyecto en disputa

Con la puesta en marcha de sus primeros tramos, el Tren Maya es ya una realidad en la movilidad del sureste mexicano. No obstante, el reportaje de National Geographic subraya que la discusión sobre sus consecuencias está lejos de concluir. Mientras sus defensores lo presentan como un proyecto histórico de integración regional y rescate cultural, sus críticos lo ven como un ejemplo de desarrollo acelerado que pone en riesgo el futuro ambiental de la península de Yucatán. El contraste de posturas recogido en la investigación muestra que el Tren Maya no solo es una obra de transporte, sino un tema que refleja la tensión entre crecimiento económico y conservación ambiental en México.

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