El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este miércoles que autorizó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a llevar a cabo operaciones encubiertas en Venezuela, lo que marca una escalada significativa en los esfuerzos de Washington para presionar al gobierno de Nicolás Maduro.
El anuncio, realizado durante una rueda de prensa en el Despacho Oval, subraya un giro en la estrategia de la Casa Blanca, que el mandatario sugirió que pasaría de centrarse en las operaciones marítimas a considerar acciones por tierra. «Sin duda ahora estamos mirando hacia la tierra porque tenemos el mar muy bien bajo control», declaró Trump.
Sin embargo, el presidente se negó a responder a las preguntas directas sobre si la autorización de la CIA incluye la posibilidad de «eliminar» o «remover» al líder venezolano, Nicolás Maduro. «Es ridículo hacerme esa pregunta. No es en verdad una pregunta ridícula, pero ¿no sería ridículo que yo la responda?», replicó.
El polémico uso de fuerza letal en el Mar Caribe
La confirmación sobre la CIA se produce un día después de que Trump anunciara un nuevo ataque contra una presunta lancha con drogas procedente de Venezuela, en el que habrían muerto seis «narcoterroristas». Con esta última incursión, la cifra de fallecidos en los ataques estadounidenses en altamar contra embarcaciones sospechosas se eleva a al menos 27 personas.
Estos ataques han generado un intenso debate y cuestionamientos por parte de expertos en derecho internacional, quienes han alzado su voz contra el uso de fuerza letal en aguas internacionales contra sospechosos que no han sido detenidos ni interrogados.
La ofensiva militar en el Caribe también enfrenta oposición interna en el Capitolio. El gobierno republicano se encuentra bajo presión de la oposición demócrata en el Poder Legislativo, que exige explicaciones detalladas sobre la legalidad y justificación de estos operativos.
A la controversia se suma la denuncia del presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien aseguró que algunos de los muertos en los ataques ejecutados por Estados Unidos en el Mar Caribe son de nacionalidad colombiana. La intensificación de las operaciones militares y de inteligencia refleja una creciente tensión en las relaciones entre Washington y Caracas, con consecuencias que se extienden a países vecinos.
Con información de Milenio
