En un raro incidente, un hombre de Filadelfia, Estados Unidos, sufrió una picadura de abeja directamente en el ojo. El aguijón quedó incrustado en su iris, causándole un dolor intenso. A pesar de acudir a la sala de urgencias, los médicos no pudieron retirar el aguijón por completo. Dos días después, el paciente buscó ayuda en una clínica oftalmológica especializada, donde los especialistas realizaron una operación de emergencia para extraer el fragmento restante.
Durante la intervención, el hombre experimentó sangrado, hinchazón y pérdida parcial de la vista en el ojo afectado. Por suerte, la extracción fue exitosa, y el paciente recibió tratamiento con antibióticos y esteroides mediante gotas. Después de unos meses, su vista mejoró significativamente.
Este caso resalta la delicadeza de los piquetes de abeja en los ojos. Según el New England Journal of Medicine, el riesgo de infección aumenta cuando un aguijón se aloja en el ojo, ya que proviene del interior de la abeja y puede liberar toxinas. Además, la forma de gancho del aguijón podría dañar permanentemente los tejidos oculares.
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Es importante recordar que, aunque las picaduras de abeja pueden ser molestas, en los ojos representan una situación más crítica. Mantener la precaución y buscar atención médica adecuada es fundamental en estos casos.
Con información de SDP Noticias