Un trágico incidente ocurrió en la comunidad de Santa María Xonacatepec, donde un joven identificado como Jesús perdió la vida al intentar cumplir un reto de nado en un jagüey, un pozo de agua, mientras se encontraba en estado de ebriedad.
Según reportes de medios locales, Jesús y un grupo de amigos estaban pasando el tiempo cerca del jagüey, ingiriendo bebidas alcohólicas. En un momento de la tarde, los amigos de Jesús lo retaron a participar en una competencia de nado. A pesar de su estado, Jesús aceptó el desafío y se sumergió en el agua, pero nunca volvió a salir a la superficie.
Alarmados por su desaparición, sus amigos intentaron rescatarlo sin éxito y solicitaron la ayuda de los equipos de emergencia. Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado llegaron al lugar y comenzaron una búsqueda exhaustiva. Tras varios minutos de búsqueda, encontraron el cuerpo de Jesús, quien ya no presentaba signos vitales.
Las autoridades solicitaron la presencia de peritos de la Fiscalía para realizar el levantamiento del cuerpo y comenzar una investigación para esclarecer las circunstancias del accidente. Hasta el momento, no se han revelado más detalles sobre el caso, pero se espera que en los próximos días se obtenga más información.
El Gobierno de México ha reiterado en múltiples ocasiones los peligros del consumo de alcohol, especialmente en situaciones que requieren plena capacidad física y mental. En sus redes sociales, las autoridades advierten que el alcohol puede alterar las funciones cerebrales y los reflejos, llevando a las personas a tomar decisiones peligrosas. “El alcoholismo lleva a las personas a realizar cosas indebidas, principalmente manejar en estado etílico, lo cual puede ocasionar accidentes que afecten a terceros y conlleven a la muerte”, señalan.
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Asimismo, las autoridades instan a la población a evitar nadar en presas, bordos o arroyos, ya que estos cuerpos de agua pueden parecer seguros pero esconden peligros como corrientes fuertes y fondos inestables. Se recomienda a las personas acudir a lugares seguros y supervisados para nadar, con el fin de disminuir el número de accidentes.
