La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) ha dado un nuevo paso en la construcción del Tren Maya al anunciar la expropiación de 60 inmuebles, equivalentes a 381 mil 126 metros cuadrados, distribuidos en cinco estados del sureste mexicano.
A través del Diario Oficial de la Federación (DOF), la dependencia detalló que los terrenos a expropiar se encuentran en las entidades de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, y son considerados estratégicos para la ejecución de las obras de infraestructura del megaproyecto ferroviario.
Según el comunicado oficial, la Sedatu justifica esta medida al asegurar que los inmuebles expropiados son «apropiados e idóneos» para la construcción y operación del Tren Maya, el cual se ha posicionado como uno de los proyectos prioritarios del gobierno federal.
Las autoridades han destacado que el Tren Maya no solo representa una obra de infraestructura, sino también una herramienta para impulsar el desarrollo socioeconómico de la región. Se espera que este proyecto genere miles de empleos, fomente el turismo sostenible y mejore la conectividad entre las principales ciudades y zonas arqueológicas de la Península de Yucatán.
Además, el gobierno ha enfatizado que el Tren Maya jugará un papel crucial en la protección del medio ambiente, al desalentar actividades ilícitas como la tala ilegal y el tráfico de especies. Asimismo, se busca promover el ordenamiento territorial y garantizar el bienestar de las comunidades indígenas.
La expropiación de terrenos para la construcción del Tren Maya ha generado diversas opiniones y debates. Mientras algunos sectores de la sociedad celebran los beneficios que traerá el proyecto, otros han expresado su preocupación por los posibles impactos ambientales y sociales, así como por las afectaciones a los propietarios de los terrenos expropiados.
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Ante estas inquietudes, el gobierno ha señalado que se buscarán acuerdos benéficos con los propietarios afectados y que se realizarán consultas con las comunidades indígenas para garantizar su participación en el proyecto.
El Tren Maya, con una extensión de mil 525 kilómetros, se perfila como una de las obras de infraestructura más grandes y ambiciosas de México en las últimas décadas. Su construcción representa un desafío técnico y logístico, pero también una oportunidad para transformar la región y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Con información de El Heraldo de México
