El jueves por la mañana, un estruendo sacudió el centro de New London, Connecticut, cuando la torre de una iglesia de 174 años se vino abajo. El edificio, que albergaba a las iglesias Engaging Heaven y First Congregational, quedó parcialmente destruido, dejando un rastro de ruinas y polvo.
A pesar de la magnitud del desastre, solo hubo una persona dentro de la iglesia en el momento del colapso: una mujer que se encontraba en la parte posterior. Según las autoridades, la mujer logró salir ilesa del lugar, lo que calificaron como un «milagro».
La policía de New London acordonó la zona y pidió a los ciudadanos que evitaran el área afectada. En su página de Facebook, publicaron imágenes del estado de la iglesia, donde se aprecia el gran hueco que dejó la torre caída y los escombros que se esparcieron por la calle.
La causa del derrumbe aún se desconoce y se ha iniciado una investigación al respecto. El gobernador Ned Lamont, quien expresó su solidaridad con la comunidad religiosa, ordenó el envío de personal y recursos de emergencia estatales para colaborar con la respuesta.
Tal vez te gustaría leer: Defensora de animales murió tras ser atacada por sus dos perros pitbull
«Estamos con aquellos que han perdido su lugar de culto. Rezamos para que no haya más víctimas», escribió Lamont en X (la antigua red social Twitter).
Lamont también instó a la gente a seguir las indicaciones de las autoridades y los socorristas, que trabajan para «garantizar la seguridad de la comunidad». Debido al incidente, el ayuntamiento y la oficina de correos local permanecieron cerrados el resto del día. Además, se restringió el tráfico de vehículos y peatones en las inmediaciones del sitio y se cerraron varias calles.
Con información de Heraldo
