El presidente Andrés Manuel López Obrador ha admitido que el trágico incidente que resultó en la muerte de un estudiante normalista en Guerrero fue un caso de abuso de autoridad. Durante su conferencia matutina, el presidente reveló que, contrariamente a los informes iniciales de las autoridades locales, el joven no había disparado a los oficiales.
La Fiscalía General de la República (FGR) ha tomado el control de la investigación, y los oficiales implicados han sido detenidos. «No vamos a tolerar ningún intento de interferencia o protección hacia los culpables», afirmó el mandatario, asegurando que todos los informes periciales han sido completados y están en manos de la FGR.
La semana pasada, se informó que el estudiante y su acompañante habían intercambiado disparos con la policía después de ser detenidos en un control de carretera. Sin embargo, esta versión ha sido refutada por el presidente, quien expresó su profundo pesar por el incidente y extendió sus condolencias a la familia y amigos del joven.
El presidente López Obrador también aprovechó la oportunidad para reafirmar su compromiso contra la impunidad. «Los responsables serán castigados. No se fabricarán pruebas para proteger a nadie. La impunidad no tiene lugar en nuestro gobierno, y este doloroso suceso nos motiva a actuar con firmeza», declaró.
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Finalmente, el presidente señaló que este caso no afectará el diálogo en curso con los padres de los 43 estudiantes desaparecidos, ya que son situaciones distintas. Reiteró su deseo de reunirse personalmente con los padres de los normalistas, sin la presencia de abogados, para discutir el progreso de las investigaciones relacionadas con sus hijos.
Con información de Milenio