En un sorprendente incidente, un perro desenterró un objeto inusual en el patio trasero de una residencia en Jacksonville, Florida. El descubrimiento, realizado por Matthew Sims mientras jugaba con su mascota, Baby, en el jardín de su hogar, resultó ser una bomba militar sin detonar.
El artefacto, que llevaba enterrado por un extenso período de tiempo debido a su estado de descomposición, provocó la llegada del escuadrón antiexplosivos. Al principio, Sims no logró identificarlo debido a su deterioro y oxidación. Sin embargo, al extraerlo parcialmente del suelo, reconoció de inmediato su posible peligro. «En ese momento me entró el pánico. ‘¿Estará activo?’, me pregunté. Lo primero que pensé fue en dejarlo caer», recordó.
El explosivo, que mide menos de un metro de largo y pesa alrededor de cinco kilos, generó preocupación por el riesgo que representaba. Las autoridades evacuaron a los residentes del área mientras un escuadrón antiexplosivos se dirigía a la casa. Carla Smith, vecina del lugar, comentó: «No sentí miedo, solo curiosidad. Había visto situaciones similares antes y confiaba en que las autoridades manejarían el momento adecuadamente».
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El suceso atrajo la atención de los medios locales y concluyó con el retiro seguro del explosivo. «Fue interesante de ver. Las autoridades hicieron lo suyo y salieron de aquí en minutos», expresó la mujer.
Con información de Debate