Desde hace 24 años, 21 familias de la Unidad Habitacional Presidente Madero, en la alcaldía Azcapotzalco, han soportado los malos olores y la proliferación de plagas debido a la acumulación de basura en el departamento 502 del edificio 10-H.
Según los vecinos, a principios de los años 2000, la propietaria del departamento comenzó a almacenar bolsas de basura recolectadas de otros edificios y de la calle. En ese entonces, la mujer vivía con una niña, presumiblemente su hija, a quien los vecinos veían frecuentemente gritando desde la ventana. La interacción con la familia siempre fue tensa, lo que dificultó cualquier intento de ayuda.
La acumulación de basura no solo atrajo malos olores, sino también gatos y palomas que la mujer introdujo en el departamento de casi 80 metros cuadrados. «Todo el departamento está infestado de basura. La señora no entiende razones y se ofende fácilmente», comentó un residente del edificio.
Las quejas sobre la basura, los animales y los malos olores han sido constantes. Aunque las autoridades locales han intervenido en ocasiones para limpiar, el problema persiste. La propietaria dejó de vivir en el departamento hace varios años y se mudó al Estado de México, pero sigue trayendo basura al lugar.
Jeannette Ortiz, representante vecinal, explicó que, a pesar de tener registros de las quejas, no pueden entrar al departamento por ser propiedad privada, lo que afecta la salud de los vecinos y representa un riesgo de protección civil.
Un residente mencionó que ha tenido que cerrar las ventanas de su vivienda y usar ventiladores y productos de limpieza para mitigar el olor y evitar la entrada de plagas. «Vivo arriba de ese departamento. Casi no abrimos las ventanas porque el olor es insoportable», relató.
La situación se ha agravado con las altas temperaturas y la temporada de lluvias. «El olor es insoportable en verano y ahora con las lluvias es igual. Pedimos ayuda», comentó otro vecino.
La Unidad Habitacional Presidente Madero, construida en los años 70 por el Infonavit, cuenta con 22 departamentos, de los cuales solo dos son rentados. A mediados de junio, algunos residentes pidieron ayuda a trabajadores de limpieza particulares y a la alcaldía para retirar la basura, pero les informaron que no podían hacerlo por ser una propiedad privada y que el costo sería de 30 mil pesos.
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Posteriormente, los vecinos descubrieron que el servicio era gratuito y el 18 de julio, Ortiz presentó una queja a través de Locatel por el cobro excesivo. «Llevábamos casi un mes pidiendo ayuda. El 22 de julio, la alcaldía vino a limpiar y la dueña abrió su departamento, pero no se terminó la limpieza», relató Ortiz.
Con información de El Sol de México