El huracán Milton llegó a la costa occidental de Florida el miércoles como una tormenta de categoría 3, trayendo consigo vientos extremadamente fuertes, una marejada ciclónica potencialmente mortal y el riesgo de severas inundaciones en gran parte del estado. La tormenta, que alcanzó la categoría 5 en dos ocasiones mientras absorbía energía de las cálidas aguas del Golfo de México, ha encendido las alarmas en todo Florida.
Sin embargo, después de tocar tierra se degradó a categoría 2.
Con vientos máximos sostenidos de 205 km/h (120 mph) al tocar tierra cerca de Siesta Key, en el condado de Sarasota, Milton generó oleadas peligrosas que amenazan zonas densamente pobladas como Tampa, St. Petersburg, Sarasota y Fort Myers. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC), con sede en Miami, advirtió sobre los riesgos de inundaciones costeras y tierra adentro debido a las intensas lluvias que acompañan al ciclón.
Se espera que las lluvias torrenciales continúen provocando inundaciones a lo largo de ríos y lagos mientras Milton avanza a través de la península de Florida como huracán, antes de salir hacia el Atlántico el jueves. Las autoridades han emitido alertas de evacuación en varias zonas, aunque muchos residentes han decidido permanecer en sus hogares a pesar de los riesgos.
La llegada de Milton ha impactado a una región que aún no se ha recuperado del devastador huracán Helene, que azotó el área el año pasado y dejó profundas secuelas en las comunidades costeras. En particular, el condado de Pinellas aún lamenta la pérdida de una docena de vidas debido a las marejadas ciclónicas provocadas por Helene, lo que ha hecho que las autoridades redoblen los esfuerzos para evitar una nueva catástrofe humanitaria.
Las autoridades locales han pedido a los residentes mantenerse a salvo, seguir las recomendaciones de evacuación y estar atentos a los informes oficiales.