En un giro inesperado, una pizzería en Düsseldorf se convirtió en el epicentro de una red de narcotráfico que sorprendió a las autoridades alemanas. Tras una exhaustiva investigación, la policía desmanteló el negocio, que utilizaba un código secreto en su menú para vender cocaína a sus clientes.
La alerta se activó cuando inspectores de salud notaron un inusual aumento en la popularidad de la pizza número 40 en el establecimiento. Intrigados por este hecho, las autoridades iniciaron una vigilancia encubierta que reveló una operación de narcotráfico a gran escala.
Los clientes que pedían la pizza número 40 recibían un «ingrediente extra» en su pedido: cocaína. Este ingenioso método de camuflaje permitió a los delincuentes operar bajo el radar durante meses, utilizando un negocio aparentemente legítimo como fachada para sus actividades ilícitas.
El gerente de la pizzería, un hombre de 36 años, fue el primero en ser arrestado. Al intentar huir de la policía, arrojó una bolsa con drogas por la ventana, proporcionando así las pruebas necesarias para su detención.
Durante los allanamientos realizados en su vivienda y en otros lugares vinculados a la red, las autoridades incautaron una cantidad significativa de cocaína, cannabis y dinero en efectivo. Además, se descubrieron dos plantaciones de cannabis en otras ciudades alemanas, lo que demuestra la magnitud de la operación.
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El desmantelamiento de esta red de narcotráfico representa un duro golpe al crimen organizado en Alemania. Las autoridades lograron detener a tres sospechosos clave, incluido el líder de la organización, y a otros 12 individuos involucrados en el negocio.
Este caso pone de manifiesto la importancia de la colaboración entre diferentes organismos y la necesidad de mantener una vigilancia constante para combatir el narcotráfico. Asimismo, subraya la creatividad de los delincuentes a la hora de ocultar sus actividades ilícitas.