Madre buscadora de Torreón halla a su hijo después de casi seis años de búsqueda

by Mario Guillermo

La incansable búsqueda de la familia de José Pablo, desaparecido en Torreón el 26 de noviembre de 2019 a los 28 años de edad, ha llegado a su fin. Sus restos fueron localizados y entregados a su madre, Olga, gracias a un esfuerzo de coordinación entre colectivos de Madres Buscadoras y las fiscalías estatales.

El colectivo que acompañó a Olga expresó públicamente sus más sentidas condolencias y reconoció la perseverancia y el coraje inquebrantable de la madre durante cinco años de incertidumbre. Los servicios funerarios de José Pablo se llevarán a cabo este miércoles en Torreón.

El hallazgo de José Pablo pone de relieve la crítica y vital labor de las Madres Buscadoras en México, un movimiento social surgido de la desesperación ante la inacción o lentitud de las autoridades en la crisis de desapariciones.

Estas mujeres, como Olga, se han organizado para tomar en sus manos la búsqueda de sus seres queridos. Recorren terrenos baldíos, fosas clandestinas, cerros y caminos, buscando cualquier indicio o resto humano que les devuelva la verdad.

  • Labor Humanitaria y de Riesgo: La labor de estos colectivos (como el Colectivo de Madres Buscadoras de Sonora o Voz que Clama Justicia) es profundamente humanitaria y, a la vez, extremadamente arriesgada, pues enfrentan constantes peligros físicos, emocionales y de seguridad.
  • Exigencia de Justicia: Más allá de buscar, estas valientes mujeres exigen verdad, justicia y memoria para sus familiares, logrando visibilizar la magnitud de la crisis humanitaria en México e impulsando reformas legales para mejorar los mecanismos de búsqueda.

El contexto en el que trabajan estas madres es desolador. La problemática de las desapariciones sigue siendo una de las crisis más graves que enfrenta el país.

Según datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) y organizaciones civiles, durante el último año se han reportado alrededor de 13,000 personas desaparecidas, una cifra que refleja un preocupante incremento. Esto equivale a que, en promedio, una persona desaparece cada 40 minutos, lo que se traduce en aproximadamente 36 desapariciones diarias a nivel nacional.

La localización de José Pablo, aunque dolorosa, representa un pequeño triunfo para la dignidad y una confirmación de la indispensable labor de las Madres Buscadoras en un país marcado por la impunidad.

Con información de Milenio

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