En medio de una creciente preocupación ciudadana por la seguridad, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo defendió con firmeza la estrategia implementada por su gobierno, destacando una reducción del 37% en los homicidios dolosos desde el inicio de su administración hasta octubre.
Durante su conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional, la mandataria contrastó las cifras actuales con los resultados de sexenios anteriores, utilizando los datos como un espaldarazo a la política de seguridad de la autodenominada Cuarta Transformación (4T).
Sheinbaum expuso que, mientras en el sexenio de Felipe Calderón los homicidios se dispararon un 148% (al inicio de la «guerra contra el narco»), y con Enrique Peña Nieto aumentaron 42%, con su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, comenzó una tendencia a la baja con un descenso del 9%. Esta caída, enfatizó, se ha «pronunciado» bajo su mandato, registrando un descenso del 28% en su periodo y un 37% en comparación con el inicio de su administración.
En clara alusión a las recientes declaraciones del expresidente Calderón en un foro en España, la presidenta lanzó la pregunta: «¿Quién quiere guerra?». Argumentó que la estrategia actual se basa en el Estado de derecho, es decir, actuar en el marco legal, dotar de un sustento jurídico al Ejército y la Marina, y crear la Guardia Nacional para realizar detenciones de «generadores de violencia» que deben enfrentar un juicio, no ser liberados por corrupción.
La mandataria también fue tajante al descartar cualquier posibilidad de una intervención militar de Estados Unidos, una idea sugerida por algunos grupos opositores y planteada por figuras como el expresidente Donald Trump.
«La última vez nos quitaron la mitad del territorio. Nosotros no somos colonia de nadie, somos soberanos», sentenció.
Esta férrea defensa de los datos y la soberanía ocurre en un momento de gran tensión social, exacerbada por recientes crímenes de alto impacto, como el asesinato de Carlos Manzo en Uruapán, Michoacán, y otros hechos de violencia en la región. A pesar de las críticas de la oposición, Sheinbaum se mostró confiada: «Esta reducción… ha implicado resultados y vamos a dar más resultados. No vamos a traicionar a nuestro pueblo«, concluyó.
Otro punto abordado fue el de su seguridad personal, tras un incidente de acoso que sufrió en el Centro Histórico de la Ciudad de México la semana pasada, que levantó cuestionamientos sobre su protección.
La presidenta explicó que su seguridad no recae en el Gabinete, sino en una ayudantía. Al ser consultada sobre si cambiaría su estrategia de cercanía con la gente, desestimó la idea y aseguró con determinación: «No me va a pasar nada».
A pesar de que reconoció que desde el Gabinete de Seguridad se le ha recomendado incrementar la protección, Sheinbaum defendió su decisión de «estar cerca de la gente», siguiendo una línea similar a la de su antecesor, quien afirmaba ser cuidado por «el pueblo». No obstante, aclaró que, si existiera una «alerta mayor», se tomarían decisiones para reforzar su protección.
Con información de La Politica Online
