Después de 52 años de reinado, la reina Margarita II de Dinamarca ha cedido el trono a su hijo Federico, que se convierte en el nuevo Rey de los daneses con el nombre de Federico X.
La abdicación, la primera que se produce en Dinamarca en 900 años, ha tenido lugar en una reunión del Consejo de Estado, donde la soberana ha firmado su renuncia y ha dejado su lugar a su sucesor. El príncipe Christian, el primogénito de Federico X, se ha convertido en el nuevo heredero al trono.
La ceremonia ha sido breve y emotiva, y ha marcado el final de una era para la monarquía danesa. Margarita II, que a sus 83 años era la única mujer reinante del mundo y la más longeva de Europa, ha puesto fin a su reinado, que comenzó en 1972 tras la muerte de su padre, Federico IX.
La reina, que vestía un elegante traje frambuesa, ha firmado varios documentos, se ha levantado y ha salido del salón, mientras su hijo Federico X tomaba su asiento en la cabecera de la mesa del Consejo, acompañado por el príncipe Christian a su derecha.
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Antes de la reunión, la reina Margarita había recorrido por última vez como soberana las calles de Copenhague en carruaje, desde el Palacio de Christian IX, en Amalienborg, hasta el de Christiansborg, donde se encuentra el Consejo de Estado.
El regimiento de Húsares ha escoltado el trayecto, que ha sido seguido por numerosos ciudadanos que han querido despedir a su reina. Tras la abdicación, Margarita II ha regresado al palacio de Christian IX, donde seguirá viviendo y conservando su título de Reina y su función de regente.
Con información de Hola
