La tarde de ayer, jueves 15 de marzo, un hombre fue víctima de un violento ataque por parte de al menos seis perros de raza pitbull dentro de su propio domicilio, ubicado en la colonia Santa María la Ribera, alcaldía Cuauhtémoc. La víctima, presuntamente el cuidador de los animales, fue atendida de emergencia por paramédicos que acudieron al lugar de los hechos.
Aunque al cierre de esta edición se desconocen los detalles exactos de cómo se produjo el ataque y la gravedad de las heridas sufridas por el hombre, reportes en redes sociales han encendido las alarmas sobre la peligrosidad de estos canes. Vecinos de la zona denuncian que los perros ya habían mostrado agresividad en ocasiones anteriores, representando una amenaza para quienes transitaban por la colonia.
La cuenta de la organización Abogado Animalista en la red social X ha levantado la voz, señalando que los pitbulls serían víctimas de maltrato por parte de sus cuidadores y que presuntamente eran utilizados para peleas clandestinas y criaderos ilegales. Ante esta situación, la organización ha solicitado la intervención urgente de la Brigada de Vigilancia Animal para rescatar a los perros y garantizar su bienestar.
Este lamentable incidente pone de manifiesto la importancia de la tenencia responsable de mascotas, especialmente de razas consideradas potencialmente peligrosas. Datos de la Asociación Americana de Medicina Veterinaria revelan que cada año se registran aproximadamente 4.5 millones de mordeduras de perro tan solo en Estados Unidos, de las cuales 800,000 requieren atención médica.
Ante la creciente preocupación por este tipo de incidentes, es crucial que la ciudadanía conozca las recomendaciones básicas para actuar ante un perro agresivo. Los expertos aconsejan mantener la calma, evitar el contacto visual directo y desviar la mirada bajando ligeramente la cabeza. Nunca se debe dar la espalda al animal, sino cruzar los brazos sobre el pecho y permanecer inmóvil, evitando movimientos bruscos o sonidos fuertes.
En caso de ser posible, se recomienda distraer al perro con golosinas u objetos disponibles, lanzándolos lentamente para no asustarlo. Si el ataque es inevitable, es fundamental buscar atención médica de inmediato y denunciar los hechos ante las autoridades locales para que se investigue lo sucedido y se tomen las medidas necesarias para prevenir futuros incidentes. Las autoridades capitalinas aún no han emitido un comunicado oficial sobre este caso, pero se espera que se inicien las investigaciones correspondientes para esclarecer los hechos y determinar la situación de los animales involucrados.
Con información de El Heraldo de México
