El desastre natural ocurrido en la Sierra Norte de Puebla el pasado viernes 10 de octubre ha dejado una profunda estela de dolor en la comunidad de Huauchinango, con la trágica muerte de una familia completa de cinco miembros, sepultada bajo toneladas de tierra y escombros.
La tragedia, que enluta a la colonia Nuevo Monterrey, es consecuencia directa de las intensas y persistentes lluvias que azotaron la región. El deslizamiento de tierra cubrió por completo la vivienda de la familia, cobrando la vida de Julio Cruz Moreno, de 40 años; Evelia Salas Aguilar, de 41; y sus tres hijas: Adela Cruz Salas, de 21; Esperanza Cruz Salas, de 13; y la menor, Estefanía Cruz Salas, de tan solo 3 años de edad.
El alud se desató el viernes a raíz de una fuerte tormenta que reblandeció el suelo de las laderas. La continuidad del temporal durante horas impidió el acceso de los servicios de emergencia, complicando las labores de rescate en las horas críticas.
La magnitud del suceso no fue descubierta sino hasta la tarde del sábado, cuando brigadas de autoridades locales, realizando un censo de daños, encontraron los restos de la vivienda y los cuerpos de la familia bajo los escombros, confirmando el doloroso saldo.
Ante el riesgo de nuevos deslaves, las autoridades locales han informado que los trabajos de rescate y remoción de escombros continúan ininterrumpidamente. Además, se ha tomado la urgente decisión de reubicar a varias familias de la colonia Nuevo Monterrey para salvaguardar su integridad.
El gobernador Alejandro Armenta ha destacado la imperiosa necesidad de estos traslados, señalando que los habitantes de Nuevo Monterrey solicitaron de manera urgente ser llevados a zonas seguras, especialmente después de que el desastre cobrara la vida de nueve personas en la comunidad y dejara a otras tres desaparecidas, según la información oficial más reciente.
Con información de Milenio
