El exdiputado local y federal, Emiliano Ramos, ha levantado su voz desde la prisión. La Fiscalía General de Quintana Roo lo acusa de delitos electorales, pero él insiste en que es un preso político. En una carta abierta, Ramos clama por justicia y solicita la intervención urgente del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
«No soy un delincuente, soy Emiliano Ramos», afirma con firmeza. Alega que el debido proceso ha sido violado en su caso y denuncia irregularidades en la carpeta de investigación en su contra.
La audiencia de vinculación, que se reanuda hoy, definirá su situación jurídica. Ramos había solicitado la ampliación del término constitucional, que vence en esta jornada.
En un llamado a las autoridades, el exdiputado pide que se revisen sus expedientes y se constaten las arbitrariedades que denuncia. Además, señala un posible «concierto de autoridades coludidas» en su contra.
El trasfondo personal de este caso involucra a su exesposa, Paola Moreno. Ramos acusa el uso de influencias y poder político por parte de Moreno, quien enfrentó denuncias por violencia familiar. El presidente del Poder Judicial de Quintana Roo, Heyden Cebada, también está en el centro de la controversia.
La lucha por justicia se extiende más allá de las paredes judiciales. Durante la marcha por el Día Internacional de la Mujer, la hija menor de Ramos acusó a Moreno de agresiones y de manipular las denuncias desde el Poder Judicial y la Fiscalía. Una manta desplegada frente al Palacio municipal pedía «Justicia para Jimena».
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Este caso, con sus implicaciones políticas y personales, sigue siendo un foco de atención en Quintana Roo.
Con información de El Universal
