Un safari en el corazón del Delta del Okavango, coincidiendo con el Día Mundial del Turismo, se transformó en una escena de terror cuando un elefante enfurecido atacó y volcó dos canoas, lanzando a turistas británicos y estadounidenses a aguas infestadas de depredadores.
El dramático incidente, capturado en video y difundido globalmente, ha reabierto el debate sobre los riesgos de los safaris que buscan la máxima cercanía con la fauna africana.
Según reportes basados en imágenes del Daily Mail, el ataque se desencadenó cuando los guías locales, a bordo de las tradicionales canoas makoro, se aproximaron en exceso a una elefanta con sus crías. Un macho protector emergió de los juncos y, sin previo aviso, embistió las embarcaciones.
El elefante usó su trompa y colmillos para destrozar las canoas, volcando a los turistas al agua. En el caos, el animal golpeó a una mujer y la sumergió por varios segundos. La víctima, cuya identidad no fue revelada, se salvó milagrosamente después de que el elefante perdiera su rastro en el agua turbia. Su esposo logró sacarla a la orilla.
A pesar de la virulencia del ataque, los cuatro turistas resultaron ilesos, aunque perdieron equipos de valor como cámaras y teléfonos. La compañía de safari responsable no ha sido identificada.
El riesgo de ahogamiento o ser corneado por el elefante era solo una parte de la amenaza. Kakwele Sinyina, un testigo, enfatizó el peligro de la zona, Patrimonio de la Humanidad: «Si el elefante no los alcanzaba, los cocodrilos o los hipopótamos habrían sido una amenaza mortal«.
Un ex guardabosques sudafricano consultado por el medio británico afirmó categóricamente: «Tuvieron muchísima suerte, porque los cuatro podrían haber muerto fácilmente».
El Delta del Okavango es conocido por sus encuentros cercanos con fauna salvaje y atrae a más de 2 millones de visitantes al año, incluidas figuras como el Príncipe Harry. No obstante, este incidente subraya la imprevisibilidad de la vida silvestre y el delicado equilibrio entre el turismo de aventura y la seguridad.
El episodio recuerda otros eventos fatales recientes, como la muerte de dos turistas —una británica y una neozelandesa— en Zambia a principios de este año, tras ser embestidas por una elefanta durante un safari a pie.
Con información de Milenio
