Un incidente aéreo ocurrido anoche en el aeropuerto LaGuardia de Nueva York puso de manifiesto el creciente caos que afecta al tráfico aéreo de la región, exacerbado por la escasez de controladores aéreos debido al actual cierre del gobierno federal de EE. UU.
La colisión, en la que afortunadamente no se reportaron heridos, involucró a dos aviones comerciales de la misma aerolínea, United Airlines. El suceso se produjo cuando el vuelo 580, que acababa de aterrizar procedente de Chicago, impactó la parte trasera del vuelo 434, que se encontraba detenido en la pista y preparándose para despegar con destino a Houston.
El impacto obligó a que todos los pasajeros fueran desembarcados de inmediato, resultando finalmente en la cancelación del vuelo con destino a Texas.
El incidente en LaGuardia, un aeropuerto clave para el tráfico doméstico, marcó el final de una jornada que ya había sido complicada. Los aeropuertos neoyorquinos, incluyendo el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy (JFK), se vieron obligados a suspender temporalmente los despegues de aeronaves durante el día. Estas interrupciones se debieron a una combinación de fuertes vientos y, principalmente, a la falta de personal en las torres de control.
El incidente ha reavivado la inquietud nacional sobre la situación de los controladores de tráfico aéreo. Estos profesionales se encuentran entre los 730,000 empleados federales esenciales que están obligados a trabajar sin recibir su salario hasta que finalice el shutdown.
Existe un temor fundado de que la excesiva carga de trabajo y la falta de pago motiven a un mayor número de controladores a ausentarse de sus puestos. Este escenario ya se vivió durante el cierre de gobierno de 2018-2019—el más extenso de la historia de EE. UU.—, cuando las ausencias de personal de control paralizaron parcialmente el tráfico aéreo, forzando finalmente al Congreso a alcanzar un acuerdo.
Actualmente, el bloqueo en el Senado estadounidense se centra en las negociaciones para aprobar el presupuesto que pondría fin al cierre del gobierno federal. Los demócratas han condicionado su apoyo—vital para los republicanos—a la exigencia de prolongar los subsidios del programa sanitario Obamacare, cuya fecha de caducidad está prevista para finales de este año.
Con información de Milenio
