En una reciente conferencia de prensa matutina, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, hizo una afirmación contundente: el Poder Judicial está secuestrado por una minoría rapaz. Esta declaración no pasó desapercibida, ya que el mandatario propuso una reforma constitucional el pasado 5 de febrero para abordar esta problemática.
La urgencia de esta reforma se debe a la inminente elección del 2 de julio. Para llevarla a cabo, se requiere una mayoría calificada en el Congreso y en la Cámara de Senadores. El Poder Judicial, según López Obrador, está bajo el control de intereses oscuros: desde la delincuencia organizada hasta la corrupción de cuello blanco.
El presidente enfatizó que la reforma es crucial para avanzar hacia un sistema judicial más transparente y justo. ¿Cómo lograrlo? López Obrador propone un enfoque participativo: la gente debe tener voz en la elección de jueces y abogados. La integridad y la vocación de justicia son valores fundamentales para quienes ocupen estos cargos.
No obstante, el camino hacia una justicia imparcial no será fácil ni rápido. López Obrador reconoce que la transformación requerirá tiempo y esfuerzo. Además, destaca que antes estos temas eran «vedados», pero ahora es necesario hablar de ellos abiertamente. La sociedad debe comprender cómo funciona el Poder Legislativo y el Poder Judicial para impulsar un cambio real.
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Finalmente, en el Salón Tesorería de Palacio Nacional, el presidente reafirmó su compromiso con la transparencia y la lucha contra la corrupción. La reforma al Poder Judicial es un paso crucial en esta dirección. A medida que se acercan las elecciones, queda claro que la participación ciudadana y la voluntad política serán determinantes para lograr un sistema judicial más justo y equitativo.
Con información de Heraldo