Gabriel Alejandro, un joven de 20 años, fue acusado de cometer tres feminicidios, dos en el campus Olímpica de la UTEG, y el otro en un hotel en Guadalajara el pasado 6 de marzo. Según los informes, Alejandro es un sociópata que no mostró ningún remordimiento durante su ataque, que también dejó a un hombre herido.
Durante la audiencia de vinculación a proceso, se presentó un dictamen psiquiátrico y se revelaron los primeros detalles de cómo Alejandro planeó meticulosamente el ataque. Según un testigo, Alejandro había discutido sus planes de ingresar a la universidad a través de WhatsApp, aunque no proporcionó la ubicación exacta.
El ataque, según se informó en la audiencia, fue motivado por un fanatismo relacionado con los tiroteos en las escuelas de Estados Unidos. Alejandro había adquirido armas e investigado la escuela antes del ataque, eligiendo entrar por una puerta con menos tráfico de personas.
La audiencia contra Alejandro comenzó a las 11:43 en el Juzgado número 14 de los Juzgados de Control y Juicio Oral Distrito 1 de Puente Grande, bajo la supervisión del juez Gustavo Flores Pulido. Alrededor de las 13:00, Alejandro fue vinculado a proceso por los delitos de feminicidio y tentativa de homicidio, y se le dictó un año de prisión preventiva para la investigación complementaria.
El esposo de una de las víctimas, quien asistió a la audiencia, expresó su alivio por la decisión de mantener a Alejandro en prisión preventiva. También mencionó que su familia ha recibido apoyo de las autoridades de Jalisco y de la universidad privada.
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El día del ataque, alrededor de las 16:00 horas, la policía de Guadalajara fue alertada sobre los sucesos en la UTEG. Al llegar, encontraron a Alejandro atrincherado en un salón con un cuchillo y un hacha, con la que había roto los cristales. Fue detenido de inmediato.
Sin embargo, el horror se intensificó cuando las autoridades descubrieron que Alejandro había atacado a sangre fría a dos mujeres, que murieron a causa de sus heridas. Alejandro atacó a la primera persona que encontró, una mujer en la recepción, y continuó buscando más víctimas hasta encontrar a la segunda mujer.
Con información de Milenio
