La tarde del miércoles 26 de junio, Bolivia enfrentó un intento de golpe de Estado. El presidente Luis Alberto Arce denunció movilizaciones irregulares del ejército y la toma de la Plaza Murillo con francotiradores.
El comandante general del Ejército, Juan José Zúñiga, reconoció a Arce como comandante en jefe «por ahora» y se produjo un enfrentamiento entre ambos en el palacio de gobierno. Arce llamó a «respetar la democracia» mientras tanques y militares armados rodeaban la sede gubernamental. El expresidente Evo Morales denunció el movimiento militar como un «golpe de Estado en ciernes».
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Este incidente ha generado indignación en la región y alertas de embajadas ante las «movilizaciones irregulares» de militares en La Paz. La situación se desarrolla en un contexto de tensiones políticas y rumores sobre la destitución del jefe del Ejército, quien se opone al posible regreso de Evo Morales al poder.
Con información de Milenio