La visita de Estado del rey Carlos III a Australia se ha visto marcada por un tenso encuentro con la senadora indígena Lidia Thorpe, quien interrumpió su discurso en el Parlamento para exigir la devolución de las tierras robadas a los pueblos originarios.
Durante su alocución, en la que el monarca británico destacó el «largo y difícil» camino hacia la reconciliación con los pueblos indígenas, Thorpe se levantó de su asiento y, en voz alta, le exigió a Carlos III: «Devuelve nuestra tierra (…) lo que robaste a nuestro pueblo». Además, lo increpó directamente: «No eres nuestro rey» y condenó el «genocidio» cometido contra los aborígenes australianos.
Este incidente, que rápidamente se viralizó en redes sociales, refleja las profundas divisiones existentes en Australia en torno a la monarquía y el legado colonial. Mientras algunos australianos ven a Carlos III como un símbolo de unidad y continuidad, otros, como Thorpe, lo consideran un representante de un sistema que perpetúa la injusticia y la desigualdad.
La protesta de Thorpe se enmarca en un contexto histórico marcado por la colonización británica de Australia, que duró más de un siglo. Durante este periodo, miles de aborígenes fueron asesinados, sus tierras fueron expropiadas y su cultura fue sistemáticamente destruida.
A pesar de que Australia obtuvo su independencia en 1901, los pueblos indígenas continúan enfrentando discriminación y marginación. La demanda de un tratado con el gobierno australiano, que reconozca sus derechos y les permita autogobernarse, es una de las principales reivindicaciones de los activistas indígenas.
Las reacciones al incidente han sido variadas. Mientras la Liga Monárquica Australiana ha condenado el acto de Thorpe, calificándolo de «infantil» y asegurando que no representa el sentir de la mayoría de los australianos, los defensores de los derechos indígenas han expresado su apoyo a la senadora.
Por su parte, el gobierno australiano ha evitado tomar una postura pública clara sobre el incidente, aunque ha destacado la importancia de la reconciliación con los pueblos indígenas.
El enfrentamiento entre Carlos III y Lidia Thorpe ha reabierto el debate sobre el futuro de la monarquía en Australia. Mientras algunos abogan por mantener los lazos con la Corona británica, otros consideran que es hora de que Australia se convierta en una república.
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Este incidente también ha puesto de manifiesto la necesidad de abordar de manera urgente las profundas desigualdades que persisten en la sociedad australiana y de reconocer y reparar el daño causado a los pueblos indígenas.
Con información de SDP noticias