La violencia feminicida sigue cobrando vidas en México. Este jueves 7 de octubre, Erika «N», de 30 años, fue brutalmente asesinada por su expareja, Florentino Hernández Blanco, en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas. El crimen, ocurrido en plena vía pública y frente a los seis hijos de la víctima, ha conmocionado a la comunidad y ha puesto en evidencia la urgente necesidad de combatir la violencia de género.
Según los primeros reportes, la discusión entre la pareja escaló rápidamente hasta que el hombre, al volante de una camioneta, arrolló a Erika, quitándole la vida de manera instantánea. Los pequeños hijos de la víctima fueron testigos del terrible suceso y quedaron profundamente traumatizados.
La familia de Erika ha denunciado que la violencia doméstica era un problema recurrente en la relación. Marisol «N», prima política de la víctima, reveló que ya existía una denuncia previa ante la Fiscalía Estatal, pero que las autoridades no habían tomado las medidas necesarias para proteger a Erika y a sus hijos.
«Como el gobierno no hace algo, porque ya son muchos casos, no es justo. Se esperan a que pase esto para que puedan hacer algo», lamentó Marisol.
La muerte de Erika ha desatado una ola de indignación y ha puesto en el centro del debate la problemática de la violencia de género en México. La sociedad civil exige justicia y un castigo ejemplar para el feminicida.
Este caso pone de manifiesto la importancia de fortalecer las instituciones encargadas de combatir la violencia contra las mujeres y de garantizar la protección de las víctimas. Asimismo, es necesario trabajar en la prevención de la violencia de género a través de programas de educación y concientización.
Los seis hijos de Erika son las víctimas colaterales de este feminicidio. Los menores, testigos del brutal asesinato de su madre, deberán enfrentar las secuelas psicológicas de este trauma. Es fundamental que reciban atención psicológica especializada para poder superar esta difícil experiencia.
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La muerte de Erika es un recordatorio de que la violencia feminicida es una realidad que afecta a todas las mujeres. Es necesario que las autoridades, la sociedad en su conjunto y los hombres en particular, se sumen a la lucha para erradicar este problema.
Con información de El UNIVERSAL