Corea del Sur vivió una noche de caos y tensión el pasado miércoles, cuando el presidente Yoon Suk Yeol intentó imponer la ley marcial en el país, desencadenando una crisis política sin precedentes. La decisión, que fue rápidamente revertida tras una fuerte oposición del Parlamento, ha puesto en jaque la democracia surcoreana y ha generado un clima de incertidumbre.
En un movimiento que ha sido calificado como un intento de golpe de Estado por parte de la oposición, Yoon justificó su decisión alegando la necesidad de proteger al país de fuerzas antiestatales pronorcoreanas. Sin embargo, no presentó ninguna evidencia concreta que respaldara sus afirmaciones.
La respuesta del Parlamento fue inmediata y contundente. Los legisladores rechazaron de manera unánime la declaración de ley marcial y presentaron una moción para destituir al presidente. Las imágenes de soldados armados intentando tomar el control del edificio legislativo mientras los parlamentarios los enfrentaban con extintores conmocionaron al país y al mundo.
La crisis ha generado una profunda división en la sociedad surcoreana y ha puesto de manifiesto la fragilidad de las instituciones democráticas del país. La oposición ha acusado a Yoon de intentar un golpe de Estado y ha exigido su renuncia inmediata. Por su parte, el presidente ha intentado justificar sus acciones alegando que actuó en defensa de la democracia.
Tal vez te gustaría leer: Tiktoker se hace viral por afirmar que las parejas deben dormir en camas separadas
La crisis en Corea del Sur tiene importantes implicaciones para la región y para el mundo. La estabilidad de la península coreana es fundamental para la paz y la seguridad internacionales, y un gobierno débil o inestable en Corea del Sur podría tener consecuencias desastrosas.
Con información de Milenio