La comunidad de Texas se encuentra en vilo tras la devastadora inundación que azotó el Campamento Mystic, un campamento cristiano para mujeres ubicado a orillas del río Guadalupe. La catástrofe, desencadenada por el desbordamiento del río tras intensas lluvias, ha dejado un rastro de destrucción y una angustiosa búsqueda de al menos 20 niñas scouts desaparecidas.
Entre los padres desesperados se encuentra Ed Lavandera, quien no ha tenido noticias de su hija de 21 años desde el pasado 4 de julio. Fue en esa fecha cuando la tormenta arrasó con el campamento, llevándose consigo a las jóvenes scouts y sumiendo en la incertidumbre a sus familias. La preocupación se intensifica ante la confirmación de las autoridades de 24 muertes hasta el momento, lo que agrava el temor por el paradero y la salud de las desaparecidas.
Las primeras informaciones indican que más de 750 niñas se encontraban en el Campamento Mystic cuando la tormenta impactó, dejando a su paso cerca de 12 pulgadas de lluvia en aproximadamente una hora. Así lo confirmó Dan Patrick, vicegobernador de Texas, quien ha estado compartiendo actualizaciones en redes sociales sobre las labores de rescate y el despliegue de los servicios de emergencia en las regiones de Concho Valley, las más afectadas por las precipitaciones desde las primeras horas del viernes pasado.
Cabe destacar que, entre las niñas inicialmente extraviadas, dos fueron identificadas como de nacionalidad mexicana; afortunadamente, horas después fueron localizadas por los equipos de rescate de Texas, aliviando momentáneamente la tensión de sus familias.
El Campamento Mystic, con más de un siglo de existencia, es reconocido por promover la unión y las enseñanzas cristianas, enfocándose en el desarrollo de las generaciones jóvenes. Hace apenas una semana, el campamento había compartido en sus canales oficiales la alegría y el talento de las jóvenes, quienes participaban en diversas actividades culturales y artísticas, incluyendo coreografías como parte de su primer «Termo de Danza y Coro de 2025». Ahora, la esperanza y la oración acompañan a las familias y a los equipos de rescate en la incansable búsqueda de las niñas desaparecidas.
Con información de Milenio
