El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado un ataque militar contra tres instalaciones nucleares clave en Irán, marcando la primera operación de este tipo en 45 años y desatando una fuerte controversia en el ámbito político estadounidense. La decisión se tomó en menos de 48 horas, acortando el plazo de dos semanas que el propio presidente se había dado para evaluar sus acciones respecto a la República Islámica.
Los ataques, realizados en conjunto con Israel, tuvieron como objetivo principal la destrucción de la capacidad de enriquecimiento nuclear de Irán. El presidente Trump anunció el éxito de la operación a través de sus redes sociales, declarando: «Hemos completado con gran éxito nuestro ataque contra las tres instalaciones nucleares de Irán, incluyendo Fordow, Natanz e Isfahán. Todos los aviones se encuentran ahora fuera del espacio aéreo iraní… ¡AHORA ES LA HORA DE LA PAZ!»
Si bien no se han proporcionado detalles precisos sobre el armamento utilizado, se especula que el bombardeo pudo haber involucrado bombas de 15 toneladas diseñadas para penetrar y destruir instalaciones subterráneas. Este ataque representa la primera acción militar directa de Estados Unidos contra Irán desde la revolución iraní de 1979 y, según expertos, podría requerir la autorización del Congreso.
La respuesta en Washington ha sido polarizada. Líderes republicanos, como el congresista Mike Johnson y el senador John Thune, han aplaudido la medida, calificándola de «freno necesario» a las ambiciones nucleares de Irán y confirmando haber sido informados con antelación.
Por otro lado, la oposición demócrata ha denunciado la acción, exigiendo «respuestas claras» y cuestionando la legalidad del ataque. El congresista Hakeem Jeffries, líder de la minoría, criticó al presidente Trump por «engañar al país sobre sus intenciones» y por no solicitar la autorización del Congreso, advirtiendo sobre el riesgo de que Estados Unidos se vea involucrado en una «guerra potencialmente desastrosa en Oriente Medio».
Tras el bombardeo, el presidente Trump compareció en la Casa Blanca flanqueado por el vicepresidente JD Vance, el secretario de Defensa Pete Hegseth y el secretario de Estado, Marco Rubio, quien también ejerce temporalmente como asesor de Seguridad Nacional. En su alocución, el presidente reiteró el éxito de los ataques.
«Nuestro objetivo era destruir la capacidad de enriquecimiento nuclear de Irán y detener la amenaza nuclear que representa el principal estado patrocinador del terrorismo en el mundo», afirmó Trump, subrayando la postura de su administración ante el programa nuclear iraní y su rol en la región.
Con información de El Mundo