Si bien los beneficios del ejercicio para el corazón y el cerebro son ampliamente conocidos, un reciente estudio arroja luz sobre una conexión menos explorada: la actividad física intensa puede ser una herramienta fundamental para preservar la salud de nuestros ojos. Lejos de ser un simple complemento, se ha demostrado que los entrenamientos de alta intensidad desempeñan un papel crucial en la prevención de enfermedades oculares graves.
El estudio, que explora la relación entre la actividad física y la salud visual, destaca cómo el ejercicio no solo reduce la probabilidad de desarrollar afecciones sistémicas, sino que también protege contra enfermedades oculares comunes asociadas al envejecimiento, como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) y el glaucoma.
La investigación revela que el ejercicio vigoroso es particularmente efectivo para mitigar el crecimiento descontrolado de vasos sanguíneos en los ojos, un factor clave en el desarrollo de la DMAE. Sin embargo, no todas las formas de ejercicio ofrecen la misma protección. El estudio subraya que las actividades que implican un esfuerzo intenso o entrenamiento de fuerza son las más beneficiosas para reducir el riesgo de estas enfermedades.
En contraste, actividades de menor intensidad, como caminar, no proporcionan el mismo nivel de defensa visual. Esto convierte a la intensidad y la frecuencia en factores decisivos para la prevención de la DMAE y el glaucoma.
En conclusión, el mensaje es claro: si buscas proteger tu vista a largo plazo, incluir el ejercicio de alta intensidad en tu rutina no solo beneficiará tu bienestar general, sino que también podría ser el factor decisivo para mantener una visión saludable a medida que envejeces.
Con información de Milenio
