La angustiante búsqueda de la bebé Ana Beatriz ha llegado a un trágico final en Brasil, luego de que su propia madre, Eduarda Silva de Oliveira, confesara el lugar donde se encontraba la menor sin vida. El caso, que mantuvo en vilo a todo el país durante días, ha tomado un giro escalofriante debido a las múltiples versiones contradictorias ofrecidas por la madre, quien ahora es la principal sospechosa de su muerte.
La desaparición de la pequeña Ana Beatriz, reportada inicialmente en el municipio de Novo Lino, Alagoas, se vio envuelta en una densa niebla de inconsistencias desde el primer momento. La madre, Eduarda Silva de Oliveira, ofreció hasta cinco relatos diferentes sobre la supuesta sustracción de su hija, lo que obstaculizó significativamente la labor de los investigadores.
En su primera versión, Eduarda afirmó que varios individuos a bordo de motocicletas la habían interceptado y secuestrado a la bebé. Sin embargo, esta declaración fue rápidamente descartada por las autoridades tras la revisión de las cámaras de seguridad de la zona, que no arrojaron evidencia alguna de dicho suceso.
«Toda la información fue proporcionada por la madre de la niña y, dadas las diversas contradicciones que hizo, descartamos el secuestro en alguna de las formas en que ella lo mencionó inicialmente», declaró el delegado João Marcello, a cargo de las investigaciones.
La madeja de engaños continuó con una segunda versión, en la que Eduarda aseguraba que un automóvil negro se le había acercado y una mujer rubia, apuntándole con un arma desde el asiento trasero, le había arrebatado a la niña a través de la ventanilla. Esta versión también fue desmentida por las grabaciones de seguridad.
En un tercer relato, la madre modificó su historia, negando la presencia de armas de fuego y afirmando que la mujer que se llevó a su bebé la había amenazado con un arma blanca.
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Tras más de cinco días de intensa búsqueda, la verdad salió a la luz de la manera más macabra. Fueron las propias autoridades quienes localizaron el cuerpo sin vida de la pequeña Ana Beatriz dentro de un armario ubicado en la parte trasera de la residencia de su madre. Sorprendentemente, fue la propia Eduarda quien finalmente reveló la ubicación del cuerpo, lo que inmediatamente desencadenó una investigación formal por el delito de homicidio.
La primera versión ofrecida por Eduarda detallaba un supuesto secuestro ocurrido el pasado 11 de abril mientras esperaba el autobús público. Según su relato inicial, un vehículo negro con tres hombres y una mujer a bordo la interceptó y, a punta de pistola, le exigieron la entrega de la menor, huyendo presuntamente hacia Pernambuco.
Con información de Heraldo
La confesión de Eduarda y el hallazgo del cuerpo de la bebé en su propia casa han conmocionado profundamente a la sociedad brasileña, generando indignación y dolor ante la confirmación del trágico destino de la pequeña Ana Beatriz. Las autoridades continúan con las investigaciones para esclarecer los motivos detrás de este terrible suceso y determinar la responsabilidad de la madre en la muerte de su hija. Este caso pone de manifiesto la complejidad y el dolor que pueden surgir en investigaciones de desaparición infantil cuando la información proporcionada por los familiares resulta ser engañosa y obstruccionista.
